El riesgo país experimentó un incremento alarmante este viernes, posicionándose como el segundo más elevado de América Latina, solo superado por Venezuela y por encima de Bolivia. Este escenario consolida a Argentina como una de las naciones con mayores obstáculos para acceder al crédito externo.
El indicador alcanzó los 1.456 puntos, atribuyéndose esta subida a los temores políticos y económicos actuales, a pesar de la recuperación observada entre fines de 2023 y 2024, cuando tocó un mínimo de 546 puntos.
De esta manera, el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) superó a Ecuador y a Bolivia, nación que registraba 1.336 puntos y que había liderado el ranking durante el año.
Este índice, calculado por el EMBI de JP Morgan, funge como un barómetro de la confianza —o desconfianza— de los inversores internacionales respecto a la capacidad de un país para cumplir con sus obligaciones financieras. Un valor más elevado denota una mayor percepción de riesgo y, consecuentemente, un encarecimiento del financiamiento para dicha nación en los mercados internacionales.
Se afirma que la escalada se vincula con la restricción de acceso a los mercados de deuda, la presión cambiaria y la fragilidad de las reservas del Banco Central. También inciden las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la habilidad del gobierno para mantener el ajuste fiscal sin agudizar la recesión.Significado de este incremento
La brecha actual evidencia que, mientras los títulos estadounidenses ofrecen rendimientos cercanos al 4% anual en dólares, el Estado argentino requeriría ofrecer una tasa próxima al 18% anual en dólares para emitir nueva deuda. Según los analistas, un costo tan elevado resulta insostenible a mediano plazo.
La última ocasión en que el país logró emitir deuda soberana fue en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri y con Luis Caputo como ministro de Finanzas, cuando se colocaron bonos al 7% anual en dólares. No obstante, en 2020 Argentina debió reestructurar su pasivo externo, dando origen a los actuales Bonares y Globales, que hoy se transan en el mercado secundario.
En la jornada del jueves, los bonos en dólares retrocedieron a valores cercanos a los u$s50, mínimos similares a los de septiembre de 2020. La disminución de los precios elevó los rendimientos a un promedio del 18% anual en dólares, con picos del 22% en los Globales 2029 y del 21% en los Globales 2030.
Para los fondos de inversión, estas cotizaciones ya incorporan la posibilidad de un nuevo default en los próximos años, especialmente ante la eventualidad de un cambio político en las elecciones presidenciales de 2027.La respuesta del Gobierno
Desde la administración de Javier Milei, se desestiman los riesgos de incumplimiento. El ministro de Economía, Luis Caputo, afirmó en la red social X que el país “honrará todas las deudas, como lo viene haciendo desde que asumió, aun con muchos menos recursos que ahora”.
Sin embargo, el dato que preocupa a los mercados es la precariedad de las reservas internacionales, que se sitúan en u$s 39.777 millones, según cifras provisionales. Adicionalmente, el Banco Central debió intervenir para mantener el techo de la banda cambiaria en $1.474,83 por dólar, una maniobra que generó interrogantes entre los operadores debido a la escasez de divisas disponibles.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, minimizó la alarma: “El programa económico es consistente, los fundamentos son correctos y el esquema está preparado para que no haya problemas dentro de la banda de flotación”.