Zé Rafael y Danilo anotaron para el vencedor, que se impuso por 4-2 en la serie y alzó el trofeo por primera vez en su historia
Palmeiras ganó la Recopa por primera vez en su historia al vencer 2-0 al Atlético Paranaense en San Pablo, en la final que enfrentó a los campeones de los dos principales torneos de clubes de la región: la Copa Libertadores y la Sudamericana.
Los mediocampistas Zé Rafael, en el minuto 49, y Danilo, en el 88, le dieron el triunfo al equipo que dirige el portugués Abel Ferreira, vencedor de las últimas dos ediciones de la Libertadores. Acostumbrado a esperar a sus contrincantes, el ‘Furacão’ de Alberto Valentim sufrió para emparejar la serie, que en la ida, en Curitiba (sur), había quedado 2-2.
El encuentro se destrabó a los 4 minutos del complemento, cuando Zé Rafael ejecutó de manera magistral un tiro libre que anidó en el ángulo superior derecho del arco del Paranaense. En ventaja, la visita debió salir a buscar y dejó espacios, que Palmeiras aprovechó en el epílogo, tras un desborde por izquierda y un centro atrás que Danilo cambió por gol.
El técnico de Palmeiras, Abel Ferreira, propuso una formación 4-5-1 con Weverton en el arco; Marcos Rocha, Gustavo Gómez, Murilo Cerqueira y Joaquín Piquerez en la línea defensiva; Danilo, Zé Rafael, Dudu, Raphael Veiga y Gabriel Verón en el medio; y Rony en el ataque.
Por su parte, el equipo de Alberto Valentim salió a la cancha con un esquema 4-3-3 con Santos bajo los tres palos; Khellven, Pedro Henrique, Thiago Heleno y Abner Vinicius en defensa; Erick Carvalho, Hugo Moura y Matheus Fernandes en la mitad de cancha; y David Terans, Pablo y Léo Cittadini en la delantera.
Con la victoria, los paulistas se desquitaron de la derrota el año pasado en la misma competición, frente al argentino Defensa y Justicia. Y estiraron su hegemonía en Sudamérica, con un estilo de juego conservador, con prioridad en el orden y equilibrio, pero efectivo propuesto por el portugués Ferreira, que terminó siendo expulsado, pero que celebró intensamente con sus jugadores y el público del Verdao, que llenó las ubicaciones del estadio Allianz Parque, que volvió a ser testigo de una celebración.