Clima navideño en las dependencias públicas, aunque el espíritu de paz y amor no llegó a la interna entre los libertarios, con chispazos que siguen recorriendo a diario las 20 cuadras que separan el Senado de la Casa Rosada.
Los funcionarios empiezan a armar las valijas para irse de vacaciones, con un enero que tendrá oficinas vacías. La gran mayoría veraneará en la Argentina, en especial por los pedidos de austeridad que lanzó Javier Milei a los suyos al momento de planificar viajes. No obstante, alguno estará en Disney. Y no en alusión metafórica, como cuando se utiliza la frase para asegurar que alguien está alejado de la realidad. Patricia Bullrich estará en Disney de forma literal, ya que debe cumplir la palabra de honor que tiene con sus nieto y entonces partirá a la tierra del ratón Mickey y el Pato Donald.
La ministra viene de tener un cruce tuiteril con Victoria Villarruel, justo cuando en cuarteles violetas ya instalan Bullrich como candidata a vice 2027, como un potencial reemplazo de la titular del Senado. Por esa cámara, justamente, deben pasar los pliegos de los candidatos a ocupar lugares vacantes en la Corte Suprema, hecho que sacude a la política por estas horas y se coló en la cumbre de jueces encabezada por el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona.
Esa atmósfera pesada envuelve además a la relación entre Milei y Mauricio Macri, donde LLA y el PRO proponen un tablero ante una posible alianza, y otro por si deben romper lanzas y batirse a duelo en las urnas. Hechos que fueron parte de los corrillos del encuentro “100 Audaces” que organizó Horacio Rodríguez Larreta a través del Movimiento al Desarrollo (MAD). Otra relación que no pasa por su mejor momento es la del Presidente y su novia “Yuyito”, y hay quienes dicen que el amorío ya atraviesa su final. Otros, con malicia, mencionan que el contrato vence en diciembre, como el de tantos estatales.
Quinchos sindicales que mostraron amplitud y que también miran a Roma, en virtud del Jubileo 2025 que tendrá al Papa como anfitrión. Brindis de automotrices marcaron proyecciones para el año que viene, anticiparon lanzamientos y abundaron en comentarios sobre acuerdos de libre comercio. Una motosierra, además, se robó los flashes en el Delta.
Conan ve más flaco a Papá Noel y escucha canciones al revés.
Jueces “súper ácidos” en la Rosada
La semana que pasó, la Casa Rosada se llenó de jueces en el marco de un acto de la Mesa de Articulación Judicial contra el Narcotráfico. La actividad, que tuvo lugar el miércoles, fue encabezada por el ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Entre los magistrados se encontraba Sandra Arroyo Salgado, que se hizo un tiempo en su agenda dominada por la causa que investiga al ahora exsenador Edgardo Kueider y dijo presente en el rebautizado salón Héroes de Malvinas.
La actividad, dicho por los propios asistentes, “se hizo larga”. Además de la demora en el inicio, ocho disertantes tomaron la palabra. Por eso sorprendió que, pese a que el cónclave inicio a la mañana y finalizó al mediodía, contaba con único menú compuesto por café y una bandeja de caramelos súper ácidos. La particular elección sorprendió a los invitados, muchos de los cuales lo interpretaron como un mensaje del Gobierno.
Una de las palabras más esperadas fue la del ministro de Justicia. Cúneo Libarona destacó las políticas contra el narcotráfico pero se levantó al inicio de la rueda de preguntas, visiblemente molesto con la posibilidad de tener que contestar las inquietudes de la prensa acreditada.
Sin embargo, los empleados de ceremonial y protocolo le indicaron que debía volver a su lugar en la mesa. No contento con ello, el funcionario volvió a levantarse de su lugar luego de contestar escuetamente una consulta sobre las vacantes de la Corte Suprema. Sus movimientos desconcertaron a los asistentes y a la propia Bullrich, que hacía un esfuerzo por seguir con su discurso mientras lo seguía con el rabo del ojo.
Sindicalismo amplio (pero no tanto)
La reunión de fin de año de Las 62 Organizaciones Peronistas que lidera el taxista José Ibarra, anfitrión en la sede de Caballito de su sindicato, fue un reflejo de la posición dialoguista (pero hasta ahí) de un gran sector del movimiento obrero. La muestra quedó certificada con la convocatoria, donde se vieron desde jueces hasta un jugador de fútbol como Esteban Fernando “Gallego” González, a quien los cuervos presentes le pidieron que volviera a ponerse los cortos y la 9 de San Lorenzo (donde fue campeón hace 30 años), bajo el chascarrillo de que aún a esta edad jugaría mejor que los actuales centrodelanteros del Ciclón.