El vocero presidencial, Manuel Adorni, se refirió hoy a la masiva marcha universitaria de ayer para reclamar una actualización presupuestaria y afirmó: “Las universidades no se van a cerrar, no va a estar jamás en una agenda nuestra cerrar una universidad”.
“Si la posición de la marcha fue para que nosotros, como Gobierno, no impulsemos el cierre de las universidades, fue una marcha equivocada, porque claramente no es que nosotros no lo tenemos en agenda, nunca se nos hubiera cruzado por la cabeza resquebrajar la educación pública y, con eso, cerrarlas. Eso fue evidentemente algún sector con determinados intereses que logró imponer ese título que está lejos de ser compatible con nosotros o con nuestra ideología”
En el marco de su habitual conferencia de prensa, Adorni agregó que la participación de dirigentes políticos en la movilización de ayer “transformó un reclamo genuino en una marcha política opositora”, y volvió a reclamar que se auditen los fondos universitarios: “Las universidades no son gratis, son no pagas para el que estudia; la pagan los argentinos”,
“Solo es sostenible una educación pública de calidad en el camino que estamos transitando, de equilibrio de las cuentas públicas y, por supuesto, de las auditorías que creamos convenientes en pos de entender un poco en qué son utilizados los fondos”, planteó Adorni.
En esta línea, el vocero presidencial apuntó contra la presencia de “determinados personajes como centro de la escena” y, sin nombrarlos, aseguró que “muchos de ellos son responsables de buena parte del ajuste que ha sufrido la educación en los últimos años y que además son totalmente responsables de la situación que hoy viven los argentinos”.
A diferencia de Massa y Kirchner, y en sintonía con Kicillof, los intendentes explican que tienen la responsabilidad de atender la gestión en plena crisis económica, en donde los recursos escasean y la recesión empieza a sentirse en los barrios.
Por eso, más allá de los alineamientos personales, sostienen que el enemigo está en la Casa Rosada y no dentro de la coalición opositora y que es hora de “poner en agenda los temas que le preocupan a la gente y no a los dirigentes”.
En ese contexto, la marcha en defensa de las universidades públicas, que se realizó este martes, fue un punto de confluencia para todas las fracciones peronistas y esperan que se transforme también en una gran demostración de fuerza al Presidente. Cada vez más jefes comunales peronistas creen que ese es el camino de unidad si se quiere reconstruir de cara a 2025 y con el objetivo final en 2027.
Mientras las diferencias se agigantan entre los dirigentes, en las bases la pelea es por el territorio. Tras el lanzamiento de afiliaciones masivas a LLA en CABA, Karina Milei diseña la estrategia en la provincia de Buenos Aires, una de las pocas jurisdicciones en donde el Presidente perdió en el mano a mano con Massa y en donde su imagen positiva no supera la negativa.
Pese a contar con un bloque fraccionado en la legislatura bonaerense, los libertarios intentan hacerse fuertes para 2025. La lapicera de la hermana del Presidente es la que juega y la que define. Algunos dejaron trascender que incluso ella podría ser la candidata que encabece la lista (tiene domicilio en la zona norte del conurbano).
En alerta ante la avanzada libertaria, intendentes que responden a las tres fracciones de Unión por la Patria creen que es hora de renovar el PJ, dejar las internas de lado y empezar a evaluar quién liderará la próxima etapa, sin dejar de atender los temas urgentes, y avisan que la pelea entre Kicillof y Máximo Kirchner solo suma para Milei.
Creen que el peronismo puede sacar ventaja de la interna libertaria, que recrudeció en las últimas semanas en el Congreso, pero que solo podrán lograrlo con la mayor unidad posible.
“Todos los actores y sectores del campo popular tenemos que comprometernos a acompañar y apoyar al gobernador Kicillof en su enorme esfuerzo por darles respuestas a las familias de toda la provincia”, planteó el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, cercano al mandatario bonaerense.
Pero también Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes e integrante de La Cámpora, reclamó mirar hacia Casa Rosada. “Lo que tenemos que discutir es lo que está haciendo Milei”, dijo. Con distancia, la funcionaria se mostró, la semana pasada, junto a Kicillof, en la inauguración de obras en su partido.
Sin romper ninguna alianza, Massa se mantiene neutral y deja en manos de los principales referentes del Frente Renovador la embestida contra el Presidente. Mientras, intenta recuperar viejas banderas que le dieron identidad propia a su forma de hacer política enfocada en la clase media, la que considera la más castigada por la gestión libertaria.
Este domingo, todo el FR salió en bloque a cuestionar la reversión en la quita del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría que, según sus cálculos, afectará a más de 1,1 millones de personas.
Todos miran a Cristina Kirchner. Algunos porque creen que llegó el momento de que dé un paso al costado para garantizar la unidad; otros porque piensan que es la única que puede encaminar a un triunfo, y otros porque sostienen que con ella no alcanza, pero solo con ella, tampoco.